Lo primero de todo fue ver qué podíamos resaltar: sus ojos, su pelo, sus piernas, sus formas...y saber qué tipo de colores, de maquillaje así como de estilo iba a potenciar su belleza, que hacía años que mantenía en un segundo plano.
Tras hablar con ella, y una vez decidido el maquillaje adecuado y el estilo nos pusimos manos a la obra para dar comienzo a la nueva Verónica.
El secreto del cambio de Verónica se basó en 3 partes muy definidas:
CABELLO: potenciar su rizo natural y aumentar su volumen para definir su rizo que era precioso.
MAQUILLAJE: destacar sus ojos de color azul con sombras rosadas y darles profundidad con mascara de pestañas y lápiz de ojos oscuro. Mantener una piel fresca con colorete y base iluminadora y labios con un gloss natural que diera jugosidad sin perder frescura.
VESTUARIO: había que elegir colores que favorecieran su tono de ojos, piel y cabello. Partí de un vestido coral aderezado por un kimono multicolor de formas geométricas y flecos y unos zapatos de color nude. El corte trapecio del vestido favorecía sus formas redondeadas disimulando tripita, el kimono con flecos y mangas tapaba sus brazos aligerando la figura y daba verticalidad al look para equilibrar las formas y finalmente, el zapato nude estilizaba unas piernas que había que enseñar y alargaba su silueta.
¡¡RETO CONSEGUIDO!!
Aquí os dejo el cambio de look al completo, para mí fue un placer ayudar con algo tan simple como esto a que Verónica recuperara la sonrisa. La imagen es importante y puede alegrarte el día pero recordad que aunque un zapato nuevo o una barra de labios roja ayuda, la base de la belleza está siempre en quererse mucho a uno mismo desde el interior.
¡¡Espero que os guste!!